lunes, 4 de octubre de 2010

La hormiga roja

Desde el rincón de los olvidos hoy os traigo una curiosa historia.


Merodeando por la cueva y admirando mis recipientes más antiguos me tropecé con uno que había adquirido cierto brillo desde el día que fue embotellado. Miré con más detenimiento su brillo rojo y recordé.


La hormiga roja. Así fue como la bauticé en su día.


Esta historia de una hormiga laboriosa que se vuelve roja con el paso del tiempo. No por cansancio en el trabajo, ni por el sol que recibía recogiendo las semillas, sino por la envidia que tenía de sus demás compañeras.


Y es que, en este mundo, hay mucha hormiga roja suelta. Que no se alegra de lo que tiene y quiere el grano de la vecina, que corre por recoger más grano y ser apreciada por la reina y se recoge la última en invierno aún a riesgo de morir congelada.


Una hormiga roja no recoge grano para sobrevivir al invierno, lo hace para tener la aprobación de la colonia, aunque en el proceso pise los juanetes de las demás hormigas obreras y se cree más enemigas a cada paso.


Las hormigas rojas creen hacerlo bien cuando, en realidad, lo único que consiguen es acumular grano en abundancia sin tener amigas con las que compartirlo.


Pero la vida sigue, y en este gran hormiguero que es el mundo sigue, y seguirá habiendo hormigas rojas.


Así que recibe un consejo y no te vuelvas hormiga roja. Recoge tu grano por el placer del trabajo bien hecho, no pises la cabeza de otra hormiga por llegar más arriba en la mazorca de maíz, ayuda a tu compañera con su carga, pues quizás algún otro día tú necesites esa misma ayuda y sonríe ante la vida por muy duro que sea el trabajo, el sol seguirá saliendo y con el ceño fruncido no se aprecian la claridad de sus rayos.



Aquí me quedo, conjurando letras…..


Witch.


1 comentario:

  1. Witch, te doy la bienvenida, junto con Jane, al equipo de chicas redactoras.
    Escribes excelente. Espero que los demás comenten y me alegrará seguir leyéndote ^^

    Cariños,P

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