Cuerda Floja

Hace días que sufro de un bloqueo mental horrible.
Incluso, Witch me dio varios temas sobre los que escribir.
Pensaba hacer algo hace cinco minutos atrás, pero tuve que sacar la hoja en la que escribía, con más que un poco de rabia.
Contra mí, por no apreciar lo bondadoso del papel sacado de un árbol y contra mi amigo, por ser tan malditamente insensible.

Se preguntarán que diablos me hizo. No es algo tan grave, ni algo por lo que esté muriendo de indignación, más si de verguenza.

Días atrás, salí a beber con él y dos amigas mías. El invitó a un amigo suyo, sólo para molestarme ¬¬

Jane sabe lo enojona que soy y no sé, algo violenta, según el ambiente y la ocasión. Ella podrá confirmarlo luego.

Así que, esta era yo. Mi amigo es muy impuntual. Decidimos esperarlo hasta cierta hora y comenzamos a beber, como era de esperarse, sin él.
Yo ya me sentía cohibida, así que, cuando él y compañía llegaron, ya me encontraba muy "alegre" (saben a lo que me refiero)

Seguí bebiendo, intentando no mirar hacia el lado en el que el amigo de mi amigo estaba sentado.

Creo que todos nos reímos por mucho rato, de mil tonterías.
Una amiga, que hizo el servicio militar, se encontró con una compañera de clase, que estaba acompañada de dos tipos (todos ellos bomberos).
Mi amiga se puso a marchar a paso militar, mientras saludaba a todo pulmón. ¡hace mucho no me reía de esa forma!
Y uno de esos tipos, estaba tan interesado en aprovecharse de esta pobre ebria que les escribe ¬¬
Menos mal que nací con una gran frialdad, en serio

Y así, pasé el rato. Con el vaso bien cerca, al que llenaba cada dos segundos.

Salimos afuera. A todo esto, ya se me había pasado el metro, bus, micro... en resumen, toda locomoción que me llevaba a mi ciudad. Así que debí quedarme donde una de mis amigas.

Nos fuimos a tomar la micro y quedé sentada frente al chico ese... ¡Diablos, manera de estar urgida yo! ¬¬
Al final, terminé sentada a su lado. No me pude resistir a ese aire de abandono y melancolía suyo.
Parecía un John Matthew (para que me entiendan)
De esta manera, la princesa de hielo, fría cuál noche en el ártico, terminó pegada al sujeto haciéndole cariño.

Detesto a los tipos que derriban mis muros con tanta facilidad.
No es nada del otro mundo. Yo no soy de esas chicas que ven cosas dónde no las hay. Me lo prohibo estrictamente.

Esto fue lo que me cabreó de la actitud de mi amigo. El martes pasado, llegó a clases, apenas lo vi, me sonrojé cuál cría adolescente. Tenía grabado mi momento de debilidad en su celular ¿pueden creer lo insensible qué es? ¬¬

Por esa razón, es que no me muestro tal cuál como soy. Prefiero hacer tripas corazón y negar que hay algo dulce en el fondo de mi ser.

Estoy acostada, inclinada sobre un cuaderno, escuchando la voz de Jamie Oliver (el único rubio al que encuentro lindo), sintiéndome menos tonta de lo que me sentía hace un rato.

¿Tienen algún diagnóstico para esta dulce tristeza que se ha instalado en mí?

Con una gran sonrisa, Payne "La Pirata Literaria"